Según Millán
(2018), los niños y jóvenes con discapacidad intelectual adquieren lentamente
los conocimientos y el uso del lenguaje, existiendo una gran diferencia con
respecto a los demás, necesitan ayuda a la hora de realizar tareas que exijan
procesos complejos, la comunicación social es eficiente, aunque poco compleja
además son capaces de establecer relaciones con el entorno y mantener vínculos
con personas ajenas a la familia, se tiende a sobreproteger a las personas con
discapacidad intelectual y a infravalorar sus capacidades, el motivo de que no
se les dé cierto desenvolvimiento en actividades de la vida diaria de manera
individual es la preocupación que existe
por parte de sus familiares y profesionales debido a que subestiman sus
capacidades y piensan que no son capaces de realizar ciertas actividades por sí
solos, la mayoría de personas con DI institucionalizadas pierden o no llegan a
adquirir habilidades y capacidades básicas para desempeñar las Actividades
básicas de la vida diaria (ABVD) y por ello dependen de otras personas para
actividades o gestiones tan simples como coger el autobús, renovarse el DNI, y
a la cafetería.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario